Evolución de las webs

A medida que una página web crece, es natural que aumente en complejidad. Lo que quizás empezó como un sitio simple en un solo idioma con pocas secciones puede evolucionar hasta soportar varios idiomas y nuevas secciones. Este crecimiento es positivo y refleja la expansión y éxito del negocio. Sin embargo, con este desarrollo también surgen desafíos técnicos y estratégicos, siendo uno de los más delicados el replanteamiento de la estructura de URLs. Cambiar URLs puede parecer una decisión menor, pero desde un punto de vista SEO, puede tener consecuencias significativas.

Razones para cambiar URLs

Existen muchas razones por las que un negocio puede querer cambiar sus URLs. Algunas de ellas son técnicas, como la migración de un sistema de gestión de contenido (CMS) a otro, por ejemplo, de una plataforma personalizada a WordPress. En estos casos, la nueva tecnología puede requerir una reestructuración total de las URLs. Otras veces, el motivo es la reorganización de la arquitectura de la información para reflejar mejor la estructura del negocio.

No obstante, no todas las razones son válidas. A veces, los cambios se realizan por motivos más superficiales, como la percepción de que las URLs son "feas" o porque la competencia las organiza de manera diferente. Cambiar URLs por razones estéticas o preferencias personales puede ser un error costoso para el SEO.

Google y las URLs

Es fundamental entender que para Google, cada URL es un documento único. La forma en que Google organiza la información en su índice depende de las URLs, que funcionan como identificadores de los contenidos en la web. Si una URL cambia, Google considera que el documento anterior ya no existe y que el nuevo es completamente distinto, incluso si el contenido es el mismo.

Pequeñas diferencias, como usar "http" en lugar de "https" o añadir "www" al dominio, pueden generar múltiples versiones del mismo contenido. Esto no solo confunde al motor de búsqueda, sino que también diluye la autoridad de la página y puede afectar negativamente al SEO.

Migraciones SEO

En SEO, las migraciones web son una tarea delicada. Cuando un sitio cambia de plataforma, diseño o arquitectura, a menudo implica cambios en las URLs. Aunque una migración bien planificada puede mejorar la eficiencia y la experiencia del usuario, cambiar URLs sin una estrategia clara puede resultar en una pérdida significativa de tráfico.

Un buen SEO se pregunta si es realmente necesario cambiar las URLs. Si es posible mantenerlas intactas, esa suele ser la recomendación, ya que las URLs establecidas acumulan autoridad y relevancia con el tiempo.

Redireccionamientos 301

Los redireccionamientos 301 son una solución técnica que permite "mover" una URL a una nueva dirección sin perder completamente la autoridad acumulada. Cuando un usuario o Googlebot intenta acceder a una URL antigua, el servidor los redirige automáticamente a la nueva dirección.

Configurar un 301 puede parecer sencillo, pero implementarlo a gran escala es una tarea compleja. Estos redireccionamientos deben mantenerse indefinidamente si la URL antigua sigue recibiendo enlaces para evitar la pérdida de tráfico y autoridad.

Problemas con los 301

Aunque los redireccionamientos 301 son útiles, tienen limitaciones. En teoría, un 301 debería traspasar la autoridad de la URL original a la nueva, pero en la práctica, esto no siempre ocurre de forma completa. Google puede traspasar algunos factores de posicionamiento, como la autoridad de enlaces, pero otros elementos, como la semántica del contenido y las relaciones internas, pueden perderse en el proceso.

Además, Google vuelve a evaluar el contenido en la nueva URL. Esto significa que si el contenido ha perdido relevancia o calidad en comparación con la competencia, podría bajar en los rankings.

Cuándo cambiar URLs

El cambio de URLs debe realizarse solo cuando existe un motivo claro y cuando los beneficios superan los riesgos. Algunos escenarios donde puede tener sentido incluyen un cambio completo de arquitectura web, una reestructuración para mejorar la experiencia del usuario o cuando la URL existente es tan confusa que impide a Google comprender el contenido.

En otros casos, es mejor evitar cambiar las URLs, ya que los riesgos de perder tráfico, autoridad y posicionamiento son altos. Siempre que se realicen cambios, es crucial contar con un plan sólido para gestionar redireccionamientos y asegurar la continuidad del tráfico.